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Durante las próximas fiestas, muchos tendremos interés en adquirir pirotecnia como una actividad de diversión para la familia; sin embargo, es importante conocer las implicaciones de esta costumbre popular, para estar bien informados y tomar decisiones inteligentes.

La pirotecnia y las lesiones

Cuando de visitas a urgencias se trata, esta época estará llena de pacientes que sufrieron problemas por el uso directo o indirecto de la pirotecnia.
El 50% de las visitas al hospital por este motivo, corresponderá a niños que sufrieron lesiones en la piel y oculares, como abrasión en la conjuntiva, córnea o párpados, lesiones penetrantes y cuerpos extraños dentro del ojo, lesiones en manos y dedos. Entre el 25% y el 50% de los lesionados, ni siquiera habrá manipulado de manera directa la pirotecnia, únicamente estaban como espectadores, incluso a metros de la detonación o de los objetos pirotécnicos.

La pirotecnia y los oídos
Hablemos principalmente de los bebés recién nacidos y prematuros. El daño a sus oídos está presente sin importar si el fuego artificial truena en el cielo o en el piso.
Los traumas acústicos en menores de 5 años pueden ser irreversibles y se generan principalmente por exponerlos a gritos, música con volumen alto y el sonido de los famosos fuegos artificiales. Como referencia, un fuego artificial puede generar sonidos de 100-175 decibelios (dB) y a partir los 70- 80 dB cualquier sonido puede comenzar a afectar la audición. La afectación del oído en pequeños trae como consecuencia problemas en el lenguaje, aprendizaje y conductuales.

La pirotecnia y el autismo
Según la OMS, uno de cada 160 infantes o adolescentes han desarrollado algún trastorno del espectro autista (TEA) y en su gran mayoría, sufrirán a causa de los fuegos artificiales. Recordemos que las personas con este trastorno, tienen mayor nivel de sensibilidad y los sonidos pueden provocarles crisis de inestabilidad, ansiedad, estrés, tensión, autolesiones y en algunos casos convulsiones.

La pirotecnia y el medio ambiente

La pirotecnia contiene ciertos químicos contaminantes como el perclorato, agente oxidante que se utiliza para elevar el cohete, metales pesados que producen la coloración del estallido y aerosoles sólidos, que se originan después de la explosión.
Estos contaminantes formados por compuestos orgánicos volátiles (COV) y gases, tienen el potencial de quedarse mucho tiempo en el ambiente que respiramos, y por otro lado, no sólo afectamos la calidad del aire que respiramos sino a la fauna que nos rodea.
Tanto las mascotas como la fauna silvestre (pájaros, mamíferos) sufren reacciones físicas como taquicardia, jadeos, dificultad para respirar, temblores y, a veces, en muerte.

¿Existen fuegos artificiales menos peligrosos que otros?

Pirotecnia es pirotecnia, aún cuando se considere “sana y segura” como pasa con las estrellitas o bengalas. Debemos recordar que; por ejemplo, la punta de una bengala alcanza una temperatura de 537 ºC y las estrellitas generan lluvia de chispas que puede prender ropa o lesionar ojos.

Teniendo toda esta información a la mano, debemos ser muy responsables sobre qué consumimos, qué manipulamos y cómo lo hacemos, para verdaderamente tener unas fiestas decembrinas seguras y alegres, ¡lejos de las salas de urgencias!